A pesar de la diferencia de edad entre Ricardo Velázquez Bosco (1843-1923) y el fotógrafo Jean Laurent (1816-1886) tuvieron ocasión de coincidir en sus trabajos en torno al patrimonio arquitectónico y arqueológico, el primero como dibujante y el segundo como fotógrafo. Con toda seguridad contactaron en 1867 cuando Laurent visitó León y Velázquez Bosco —que trabaja como dibujante en la restauración de la catedral dirigida por el arquitecto Matías Laviña—le facilitó los permisos para tomar fotografías.

La relación entre los dos creadores, tan notorios en la España de la época por sus producciones, pudo mantenerse en el tiempo. Velázquez Bosco y Laurent pudieron coincidir de nuevo a raíz de la Exposición de Minería de 1883: el arquitecto como responsable de los pabellones donde se llevaría a cabo la exposición, y el francés —aunque ya retirado desde 1881— por su vinculación personal con la sociedad J. Laurent y Compañía, responsable de fotografiar la realidad de aquellas construcciones.

La coincidencia laboral se repitió en otros trabajos del arquitecto como la Exposición de Filipinas de 1887 y la restauración del Casón del Buen Retiro, de nuevo fotografiados por la sociedad Laurent y Cía. En el marco de esta relación laboral, no resulta extraño que Velázquez Bosco proyectara la casa-estudio de Jean Laurent.

El arquitecto levantó el edifico para Alfonso Roswag —yerno de Laurent y responsable del negocio fotográfico desde la retirada del francés— con el fin de contar con un domicilio propio que, además, fuera un inmueble adecuado al desarrollo de la actividad propia de un estudio fotográfico ya industrializado.

En torno al año 1883 Velázquez Bosco ideó el proyecto, aunque las obras darían comienzo un año más tarde. Éste sería su primer encargo privado, en el que tuvo que aunar una vivienda con un taller industrial. Así, el edificio, destinado a los talleres de estampación Laurent y Cía, estaba provisto de un sótano, una planta baja y una principal. Realizado enteramente con ladrillo visto, con un zócalo de piedra de sillería en la parte inferior. Las cornisas están decoradas por ladrillos esmaltados o azulejos, recurso muy habitual en el arquitecto.

La fachada principal muestra tres alturas señaladas, mientras que en la zona trasera solamente se disponen dos plantas, marcando una cierta jerarquía. Además, el acceso por la calle de Granada incluye un pequeño jardín que antecede la entrada, por lo que la disposición de la planta del inmueble conforma una “U” abierta al interior. Resultan especialmente interesantes los detalles de aparejo en ladrillo, siguiendo el estilo reconocido en la época como neomudéjar.

A pesar de ser un proyecto ejecutado durante el primer periodo de construcción de Velázquez Bosco, ya demuestra la madurez que poseía el autor en cuanto al uso de materiales y el dominio del lenguaje arquitectónico. Sin lugar a duda, la casa-estudio de Jean Laurent expone ciertas similitudes con los pabellones para la Exposición de Minería de 1883.

El edificio es un claro ejemplo de la arquitectura del Madrid ilustrado de finales del siglo XIX, donde Ricardo Velázquez Bosco fue uno de sus grandes exponentes. Actualmente es sede del CEIP Francisco de Quevedo, aunque la enseñanza se empezó a impartir en este edificio a partir de la década de los cuarenta del pasado siglo.

Calle de Granada, 16, 28007 Madrid